PROYECTO
II CONTRATO COLECTIVO ÚNICO DE LOS TRABAJADORES Y
TRABAJADORAS
DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA
COMUNICADO
El
15 de abril de 2015, mes llamado por la mayoría de los venezolanos,
y con razón,
abril de rebeldía, es una fecha de hondo significado y regocijo para
el personal
docente, administrativo y obrero de todas las universidades
venezolanas de carácter público y, de igual manera, para quienes
conformamos el Frente Universitario Socialistas (FUS) Táchira,
adscritos todos al Ministerio del Poder Popular para la Educación
Universitaria, Ciencia y Tecnología.
Ocho federaciones y los sindicatos no federados, todas como uno sólo, con elevado espíritu de unión y de integración, convergieron sus esfuerzos e ideales laborales, y consignaron ante el Ministerio del Poder Popular del Trabajo el II Proyecto de Convención Colectiva que regirá la relación de trabajo desde el 01 de enero de 2015 hasta el 31 de diciembre de 2016.
Necesario
decirlo y recordarlo, este histórico hecho acaeció dos días
después de la celebración de la gesta heroica cívico militar, del
13 de abril, que hizo cenizas el último golpe de Estado oligárquico
e imperialista, consumado oprobiosamente por horas en Venezuela, y el
regreso cuasi milagroso del comandante supremo Hugo Chávez Frías.
Los trabajadores y trabajadoras, los jubilados, pensionados y
sobrevivientes universitarios inspirados por el abril rebelde y
revolucionario, hicieron realidad el anhelado propósito, que sólo
se da en un Estado democrático, social y de justicia.
La
II Convención Colectiva consignada es la segunda que surge desde la publicación
en Gaceta Oficial de la Constitución de 1.999 y se refunda nuestra República.
Es la primera durante la vigencia, novedosa y revolucionaria Ley Orgánica
del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores, reconocida por las
universidades
y pueblo trabajador del mundo, quienes con asombro admiten ser “una
de las mejores” del Planeta.
El
Proyecto de la II Convención Colectiva recoge de magistral manera el
espíritu y propósitos de la normativa constitucional laboral, que
sólo en una sociedad democrática participativa y protagónica, como
la nuestra, puede ocurrir y ocurrió.
Este
importantísimo instrumento legal se distingue por la inclusión de
todos y todas
quienes prestan y prestaron servicios en las casas de las luces y los saberes,
centros cuya naturaleza y razón de ser es garantizar al pueblo, al Estado
y a la sociedad venezolana, respuestas asertivas hacia la resolución
de
las
dificultades y promover la más amplia suma de propuestas, fruto de
los trabajos
de investigación y científicos. En el tiempo necesario esas
respuestas deben
apuntalar la edificación del proyecto de país contenido en la
Constitución Bolivariana; el Proyecto Simón Bolívar y demás leyes
de la República, cuya dirección y sentido es el logro de la
independencia definitiva; el Socialismo Bolivariano del siglo XXI,
que entre otras expresiones se caracteriza por la mayor suma de
felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma
de estabilidad política; coadyuvar a convertir a Venezuela en un
país potencia en lo social, en lo económico y en lo político e
igualmente a la región latinoamericana y caribeña; contribuir al
desarrollo y el empoderamiento de un mundo multicéntrico y
multipolar; preservar la vida y la salvación de la especie humana.
El
Proyecto de la Segunda Convención Colectiva tomó en cuenta la
realidad de los
servidores públicos universitarios en su línea cronológica,
pasado, presente y futuro; de allí el inusual consenso alcanzado. Su
contenido sustentado en 135 Clausulas,
se encuentra debidamente organizadas en 10 Capítulos. La promoción
y defensa de la solidaridad, la inclusión, la valoración y respeto
a la diversidad, la tolerancia y la paz adentro y afuera de los
espacios universitarios representan políticas aceptadas y asumidas
como indispensables para el logro de los objetivos pequeños y
grandes, necesarios para el andar hacia lo trascendental que todos y
todas perseguimos.
El
Proyecto de la Segunda Convención Colectiva se diseñó bajo un
criterio integral
y no meramente particular, como sucedió en las mayorías de las Convenciones
pretéritas. El marco legal acordado contiene importantes derechos
políticos, sociales y de las familias, culturales y educativos,
económicos e indígenas, que sólo un país como el nuestro puede
acordar, a pesar de estar constantemente sometido al ataque de los
enemigos de la vida y de la inclusión, de la democracia y el respeto
a la diversidad, de la independencia y del respeto a la dignidad de
todos y de todos. Se demostró, una vez más, que la barbarie que
promueve la oligarquía y el imperio no frena el empeño de los
pueblos, cuando así lo quieren, por construir civilización.
En
esta oportunidad la II Convención Colectiva no centra su atención
sólo en el aspecto
salarial, situación está que no subestima ni le resta importancia,
como ocurrió
en pasadas discusiones. En esta ocasión se elaboró una propuesta
que supera
el reduccionismo y une las partes con el todo, no obvia lo urgente de
lo
esencial,
abandona el punto de vista mutilado que por ceguera o falsas
ilusiones se imponen más por razones cortoplacistas y politiqueras
para arrancar aplausos y crear expectativas incumplibles.
La
II Convención Colectiva reconoce la multiplicidad en la unidad y la
unidad en la multiplicidad. Los fraguadores de la propuesta
comprendieron, a pesar de la diversidad de criterios disimiles que la vidano se reduce al factor salarial,
sin que por ello se le subestime, sino que hay otro conjunto de
necesidades apremiantes a atender con urgencia en un sector de los
trabajadores y trabajadoras universitarios; que el Estado venezolano
puede facilitar su solución sin que por ello fortalezcamos la noción
paternalista que tanto daño ha hecho a la sociedad, como lo son:
vivienda, salud, recreación y turismo, becas, la edificación de
plataformas de centros de investigación para el desarrollo
tecnifico- científicos en las áreas prioritarias y estratégicas de
la nación, entre otras. El acento sobre lo social fue uno de los
rasgos sobresalientes, más aun en momentos cuando lo social en los
países distintos a nuestro continente suramericano y caribeño, es
el sector más atacado y al cual se le ha disminuido ostensiblemente
sus derechos.
El
mundo real y no de las apariencias expresan esa penosa e infeliz
realidad en los
conocidos países del centro, como los países europeos, EEUU, sólo
para mencionar
algunos.
Pertinente
decir que por primera vez no se discriminó a ningún sub sector que hace
vida laboral en las universidades. El trato igual y equitativo a los
docentes, obreros y empleados prevaleció, así se observa en todo el
contenido de la Convención. Otro aspecto necesario y obligante a
resaltar fue el hecho, inédito en este proyecto de contrato, el
trato que se les dio a los jubilados, los pensionados
y sobrevivientes. De cenicientas que había sido, pasaron a ocupar un
sitial preponderante equiparándoles los beneficios con los activos
en aquellas
áreas donde la exclusión se vuelve inconstitucional. De allí que
la inclusión
de este sector universitario, que en época pretérita dieron lo
mejor de sí por la universidad y el país, se le haya reconocido su
incuestionable mérito y esa es otra de las notas resaltantes, que
hacen de la II Convención Colectiva atractiva para los ojos que
están afuera de las fronteras de la universidades.
Razones
de espacio impiden hacer un señalamiento pormenorizado. Hacer la lectura
del instrumento expuesto no sólo es una obligación sino un derecho.
En la página Web del Frente Universitario Socialista (FUS) se puede
leer, invitamos su lectura y difusión.
El
Presidente Pueblo y Obrero Nicolás Maduro, socialista, chavista,
integracionista, anticapitalista y anti imperialista, colocó a la
educación universitaria en un sitial de honordada la importancia que tiene en la
construcción de la Venezuela libre de los maleficios económicos,
sociales, políticos y culturales que corroen al mundo, como
consecuencia de las políticas neoliberales y del capitalismo
salvaje, que quienes se sienten los amos del mundo imponen y por
desgracia, en nuestro país, hay unos pocos, que le hacen la
comparsa.
El
FUS se une al regocijo que tienen los trabajadores y trabajadoras universitarias,
los pensionados, jubilados y sobrevivientes. Sólo en socialismo una
Convención Colectiva como la consignada ante el Ministerio del Poder Popular
para el Trabajo puede suceder. Con Chávez y Maduro, Patria y
Socialismo.
Así
lo dice y lo difunde el F.U.S. Táchira, a los veintiocho días del
mes de abril de dos mil quince.
FIRMAS
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